Malay, mi tejedora
Malay, mi teje’ora se me ha perdí’o,
se me ha perdí’o.
Dicen que un pelapechos por ella vino,
por ella vino.
Voló con su macuñ
el brujo maldito para Tenaún.
Yo vine hasta Dalcahue por el camino,
por el camino
y ahí estaban los telares y los choapinos.
Pero para Quinchao
con ese nochero ya se había vola’o.
Cerquita de su casa cantó el raiquén,
cantó el raiquén
y vieron una sombra,
¿quién sabe quién?
¡Malay, en mala hora
se fue ese nochero con mi teje’ora!