Morimos solos
Ya te dije, esta carta*
fue escrita como en sueños,
labrada fue entre sueños
como una piedra enorme.
Y el dolor y el amor la cubrieron de signos
convirtiéndola entonces en cauces de tu nombre.
Está escrita en pasión
y digo adiós con ella
porque el amor corona
las vidas con adioses.
Está escrita con vuelos
que no tienen regresos
pero con estas manos
que sólo tú conoces.**
Amor mío: es de noche
y noche es cuanto escribo
sintiendo cómo duermes sin mí cuando me llama
la humanidad herida que solloza en la tierra.
Amor mío: me esperan
en tantas latitudes
con un fusil oscuro
y una lágrima negra
y una mano empuñada
y una bandera rota
y una esperanza dura
como torre de piedra
y entre amar a tu amor***
y amar cien mil dolores
no queda otro camino que seguir la sentencia
del amor combatiente sangrado día con día
aunque muramos solos, cada cual en su estrella.
Al partir yo desato los nudos de estas vidas
y en el pecho no guardo
sino tu nombre mío,
el nombre que tan sólo
yo sé sobre la tierra.
(1970)