La niña que llora en tus fiestas
Vuela un columpio sobre mi cabeza,
vuela por el cementerio de mi voluntad.
Sigo buscando a la niña que llora en tus fiestas,
suenan campanas en flor por mi funeral.
Mírame, con la estrella polar a mis pies
vuelvo a casa perdida otra vez
porque no sé dejar de adorarte.
Vuela un columpio vacío rozando la arena;
deja las huellas del ángel caído al pasar.
Huellas que siempre me llevan a ti, quitapenas
como la dosis de vida fugaz que me diste a probar.
Mírame, con la estrella polar a mis pies
vuelvo a casa perdida otra vez
porque no sé dejar de adorarte.
Pienso en tí cada vez que me alejo de mí,
cada vez que prefiero morir
desde el día que tú me diiste:
"tu carita es una rosa sin abrir".
Mírame, con la estrella polar a mis pies
vuelvo a casa perdida otra vez
porque no sé dejar de adorarte.
Piensa en mí cada vez que me miras así
y se me cosen los labios a ti
y la luna me pinta los ojos.
¡Mírame!
Cada vez que te vas pienso en tí,
cada vez que prefiero morir,
cada vez que me besas así,
cada vez que te vas... ¡Mírame!