Bodas negras
Oye la historia que contome un día
El viejo enterrador de la comarca:
Era un amante que, por suerte impía,
Su dulce bien le arrebató la parca.
Todas las noches iba al cementerio
A visitar la tumba de su hermosa,
La gente murmuraba con misterio:
Es un muerto escapado de la fosa.
En una horrenda noche hizo pedazos
El mármol de la tumba abandonada,
Cavó la tierra, y se llevó en sus brazos
Al rígido esqueleto de la amada.
Y allá, en la oscuridad más que sombría,
De un cirio fúnebre a la llama incierta
Sentó a su lado la osamenta fría,
Y celebró sus bodas con la muerta.
Ató con cintas los desnudos huesos,
El yerto cráneo coronó de flores,
La horrible boca la lleno de besos
Y le contó sonriendo sus amores.
Llevó la novia al tálamo mullido,
Y se acostó junto a ella enamorado,
Y para siempre se quedó dormido
Al rígido esqueleto abrazado.
(Se repiten las dos últimas esrtofas).