El cielo en casa
Cuando conmigo estás,
en mi cuarto ya no hay paredes,
hay árboles,
árboles eternos
cuando tu de mí cerca estas
mi techo gris ya no existe
no existe, no,
yo veo un cielo de fulgor
que nos mira allá
abandonados
como si no existiese
ya nada más en el mundo.
Suena una armónica,
parece un órgano
que vibra por ti y por mi
en la inmensidad del cielo.
Por ti y por mí,
en el cielo.