Lamento borincano
Sale loco de contento con
su cargamento para la ciudad, ay, para la ciudad.
Lleva en su pensamiento
todo un mundo lleno de felicidad,
ay, de felicidad
Piensa remediar la situación
del hogar que es toda su illusion, sí!
Y alegre el jibarito va
pensando así, diciendo así
cantando así por el camino:
Si yo vendo la carga mi Dios querido
un traje a mi viejita voy a comprar.
Y alegre también su yegua va
al presentir que aquel cantar es
todo un himno de alegría,
en esto les sorprende la luz del día
y llegan al mercado de la ciudad.
Pasa la mañana entera
sin que nadie quiera
su carga comprar, ay, su carga comprar.
Todo, todo est desierto
y el pueblo está lleno de necesidad,
ay, de necesidad.
Se oye este lamento por doquier,
en mi desdichada Borinquen, sí!
Y triste el jibarito va
pensando así, diciendo así,
llorando así por el camino:
¿Qué será de Borinquen mi Dios querido.
Qué será de mis hijos y de mi hogar? Oh!
Borinquen la tierra del edén,
la que al cantar, el gran Gauthier
llamó la perla de los mares.
Ahora que tú te mueres con tus pesares,
déjame que te cante yo también.
Borinquen de mi amor
Yo soy hijo de Borinquen y eso nadie va a cambiar
Yo soy hijo de Borinquen y eso nadie va a cambiar
Y el día en que yo me muera, en ti quiero descansar
Yo te adoro Puerto Rico, y eso nadie lo va a quitar, eh!