La bohemia
Bohemia de París,
alegre, loca y gris,
de un tiempo ya pasado,
en donde en un desván,
con traje de Can-Can
posabas para mí.
Y yo con devoción
pintaba con pasión
tu cuerpo fatigado
hasta el amanecer,
a veces sin comer
y siempre sin dormir .
La bohemia, la bohemia
era el amor, felicidad.
La bohemia, la bohemia
era una flor de nuestra edad.
Debajo de un quinqué,
la mesa del café
feliz nos reunía
hablando sin cesar
soñando con llegar
la gloria conseguir.
Y cuando algún pintor
hallaba un comprador
y un lienzo le vendía,
solíamos gritar
con él y pasear
alegres por París.
La bohemia, la bohemia
era jugar, te vi y te amé.
La bohemia, la bohemia,
yo junto a ti triunfar podré.
Teníamos salud,
sonrisa, juventud
y nada en los bolsillos.
Con frío, con calor,
el mismo buen humor
bailaba en nuestra sed.
Luchando siempre igual
con hambre hasta el final
hacíamos castillos
y el ansia de vivir
nos hizo resistir
y no desfallecer.
La bohemia, la bohemia
era mirar amanecer.
La bohemia, la bohemia
era soñar con un querer.
Hoy regresé a París,
crucé su niebla gris,
lo encontré cambiado.
Las lilas ya no están,
ni suben al desván
moradas de pasión.
Soñando como ayer
rondé por mi taller,
más ya lo han derrumbado
y han puesto en su lugar
abajo un café-bar
y arriba una pensión.
La bohemia, la bohemia
que yo viví, su luz perdió.
La bohemia, la bohemia
era una flor y al fin murió...